Sevilla, se caracteriza principalmente por su rico pasado y patrimonio histórico, cuenta con el casco antiguo más grande de Europa y una riqueza monumental extraordinaria. Tras unos años de parón arquitectónico tras el revulsivo de la Exposición Universal de 1992 (Expo '92) y conscientes de que la riqueza patrimonial y el turismo histórico no debe ser todo, se consideró oportuno otorgar a la ciudad un atractivo más llevando a cabo actuaciones arquitectónicas de gran nivel, contando para ello con arquitectos de primera fila tanto nacionales como extranjeros. Por ello, algunos opinan que este edificio está llamado a ser un nuevo emblema de la Sevilla moderna y que en absoluto tiene porqué ser incompatible con la imagen y esencia de una ciudad histórica y patrimonial como esta.
De nuevo la búsqueda de la modernidad tan perseguida en Sevilla en los últimos años vuelve a generar debate y controversia entre los diferentes colectivos y ciudadanos. La torre de César Pelli que la entidad financiera sevillana, Cajasol, construye en la Isla de la Cartuja de Sevilla, a 1,67 kilómetros de este trío monumental, sigue envuelta en la polémica. La Unesco quiere paralizar su construcción ya que según el ICOMOS esto provovaría la inclusión de los bienes inscritos en la declaración unitaria de Sevilla (Catedral, Alcázar y Archivo de Indias) en la “Lista Roja de Patrimonio Mundial en Peligro”. A su juicio, habrá un impacto visual y estético irreversible. Hasta ahora nadie había osado construir un edificio que desbancara a la celebérrima torre catedralicia.
Mientras que los defensores piensan que esta nueva construcción supone una importante inversión económica con un impacto inducido sobre el PIB sevillano y andaluz de 68,6 millones de euros y un número de empleos superior a los 1.200. Además de un símbolo de la “nueva Sevilla” que se desarrolla en La Cartuja desde la Expo 92 y luego en el parque tecnológico Cartuja 93, “una Sevilla sin complejos que incorpora un elemento contemporáneo".
La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla son los que tienen qué decidir el futuro de la torre. El Ministerio de Cultura no tiene competencias urbanísticas, pero la Unesco está presionando a la comisión creada por el Gobierno español para evaluar el posible impacto del proyecto de la Torre Pelli, que costará a Cajasol 353 millones de euros.
Una vez analizados los "pros" y los "contras" de lo que supondría para Sevilla la construcción de la Torre Pelli pienso que ésta forma parte de la modernización que estamos viviendo en una ciudad que bajo mi punto de vista se había quedado anclada en una época excesivamente clásica.
ResponderEliminarSi nos fijamos en su ubicación, no rompe con la línea estética que el centro de Sevilla propone, por lo tanto, no debería ser un motivo de inclusión en esa "lista roja", sino todo lo contrario. Esta imponente torre forma parte de ese proyecto de aprovechamiento y mejora de una parte de Sevilla que desde el '92 trata de impulsar tanto económica como patrimonialmente la ciudad. Bien es cierto, que la inversión económica inicial que esto supone no llega en uno de los mejores momentos pero si nos fijamos en el impulso que tanto laboral como turístico y patrimonial supondrá, priman las ventajas.
Si entendemos la ciudad como un ente vivo, dinámico, cambiante y reflejo de una sociedad y una cultura, hay que seguir haciendo historia. La reconstrucción de la Plaza de la Encarnación, la remodelación Las Atarazanas, la construcción de la Torre de Cajasol son sólo algunos ejemplos de la necesidad de seguir creciendo y avanzando para construir una ciudad más contemporánea y un futuro más progresista.