En la calle Ronda de los Tejares nº 11-13, de Córdoba, durante todo el año 2006, en las labores de documentación arqueológica (dirigidas por la arqueóloga Ana Valdivieso Ramos), previas a la construcción de un edificio de seis plantas con dos subterráneas de garaje, se halló parte del lienzo murario norte de época romana de Colonia Patricia, más conocida como Corduba. En concreto se halló, además de parte de muralla, una torre de defensa de planta circular, datable todo el conjunto en el siglo I a.C., tanto por su técnica edilicia como por los restos encontrados de terra sigillata. Además, delante de ella, y salvando la torre, se documentó también una barbacana del siglo XIV, también datada por su técnica edilicia y por las fuentes que hablan de su construcción.
La muralla romana está construida en sillares de caliza de gran potencia y la barbacana con una mezcla de mortero y ladrillo macizo, muy sólida.
Muralla romana de sillares en piedra calizaDespués de documentar estos restos, calificados como BIC (Bien de Interés de Cultural), dentro de la Carta Arqueológica de la provincia de Córdoba, la Delegación de Cultura decidió que el constructor debía optar por integrarlos en las dos plantas de garaje o taparlos y protegerlos, construyendo encima el edificio, pero nunca dañarlos. Éste último, del cual omitiremos su nombre, no quiso aceptar que se integraran en el parking y Delegación de Cultura ordenó su protección.Debido a estas circunstancias se tuvo que replantear la construcción del edificio a través de micropilotes que soportaran la estructura de las seis plantas, pero que no afectaran a los restos arqueológicos, que debían ir protegidos con geotextil y arena fina, sobre lo cual iría una losa de hormigón a partir de la cual se construiría.
Barbacana cubierta con geotextil
El seguimiento arqueológico estuvo a cargo del arqueólogo Antonio Criado Martín, al que se le proporcionaron los planos de la construcción del edificio y, lo más importante, donde irían colocados los micropilotes, los cuales serían colocados por una máquina especial que se trajo de una empresa portuguesa (Geocimenta). Las labores de seguimiento se extendieron desde julio de 2007 a febrero de 2008, con una labor exhaustiva de documentación fotográfica, que se tuvo que presentar a la Delegación de Cultura, para demostrar que no se afectó en lo más mínimo a la muralla romana y a la barbacana medieval.Pese a todas las trabas que puso el constructor al arqueólogo, el seguimiento fue un éxito, quedando bien protegidas las dos estructuras, para que futuras generaciones puedan disfrutar de este importante Patrimonio Arqueológico y decidan que hacer con él, esperemos que la decisión sea positiva, pero ya, seguramente, no estaremos para verlo.
Antonio Criado Martín. Sevilla, a 14 de abril de 2010.
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