lunes, 31 de mayo de 2010

AVISO

ESTIMADOS ALUMNOS,
A PARTIR DE MAÑANA SE COLGARÁN LAS CALIFICACIONES DE DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO CULTURAL ANDALUZ EN EL TABLÓN CORRESPONDIENTE DE LA FACULTAD DE FILOLOGÍA EN LA QUE SE IMPARTIÓ EL MÓDULO.
SALUDOS CORDIALES

viernes, 21 de mayo de 2010

UNA MURALLA BAJO RAÍLES

En 2004, aprovechando la construcción de la línea 1 del Metro de Sevilla y su estación de la Puerta de Jerez, se efectuaron excavaciones arqueológicas en la calle San Fernando que dejaron descubierto los restos de la vieja muralla almohade de Sevilla, cuya ubicación conocíamos pero que hasta ese año no pudo verse al ser destruida a mediados del siglo XIX, a raíz de la Revolución de 1868 y debido a la expansión de la ciudad.

Era de esperar la poca conciencia patrimonial de la época, más preocupada por la urbanización de una ciudad en crecimiento que por la conservación de un elemento patrimonial tan característico. Si bien en cierto que esta parte de la muralla era la más joven de todo el conjunto defensivo de la ciudad (tan sólo un siglo de vida), hoy día resultaría mucho más difícil llevar a cabo una empresa de semejantes características.

La primitiva muralla estaba flanqueada por 6 torres y poseía un foso defensivo; el arroyo Tagarete corría en paralelo hasta su desembocadura en el Guadalquivir. El origen de estas construcciones defensivas se remonta a la primera mitad del siglo XII y principios del XIII, formando parte del conjunto amurallado de la ciudad, del cual se conserva hoy día en algunas zonas como la Macarena o los Jardines del Valle.

Las excavaciones arqueológicas dieron comienzo el 24 de marzo de 2004, contando con un equipo permanente compuesto fundamentalmente por andaluces.
La muralla tiene una altura conservada de 2,20 metros, mientras que su anchura es de unos 2,4 metros.

También se han descubierto restos de construcciones de los siglos XVII y XVIII adosadas a la muralla, algunas fuera de la Fábrica de Tabacos.

En un principio, las obras del Metro de Sevilla contemplaban dejar la muralla dentro de la Estación de Puerta de Jerez a modo de museo. Esta idea fue del agrado de la mayoría de los sevillanos, ya que nos permitiría integrar un elemento patrimonial dentro de una de las obras de mayor envergadura realizada en la ciudad. La idea planteaba la posibilidad de combinar una obra innovadora como el Metro junto con la Muralla, reflejo de una cultura que vivió en nuestra tierra por más de 8 siglos.

La muralla estuvo al descubierto varios meses mientras se terminaba el proyecto que la integraría definitivamente dentro de la Estación Puerta Jerez, cosa que nunca llegó a suceder. De manera repentina y para sorpresa de todos los sevillanos el Consistorio decidió que el trazado del actual Metro-Centro debería circular por la calle de San Fernando, justo por encima de la muralla, con la salvedad de que ésta no sería conservada como estaba previsto. Se planteó la posibilidad de trasladar los restos de la muralla a otro lugar para que sirviera de museo, dada la importancia de este elemento patrimonial re-descubierto. Nunca se propuso una consulta ciudadana en este sentido ni se sabe en qué momento alguien tomó tan descabellada decisión que apartaría la Muralla definitivamente de nuestro entorno.

La nueva iniciativa dejaba todo más o menos igual: una estación de metro subterránea y una línea de tranvía por la superficie, justo por encima de la muralla almohade, que quedaría enterrada. Después de los esfuerzos tanto de las excavaciones arqueológicas como de los técnicos que estudiaban la integración de esta pieza de museo dentro de la actual estación de metro, se decidió de manera unilateral tapar la muralla y dejarla en el mismo sitio donde se encontró, debajo de toneladas de hormigón.

Hoy día, somos muchos los sevillanos que cada vez que paseamos por la calle de San Fernando o montamos en el Metro-Centro nos acordamos de que una parte de nosotros está enterrada bajo esos raíles y catenarias. La muralla era símbolo de una de las culturas más ricas que habitó Andalucía, y su valor histórico y patrimonial sería incalculable.

Aún así, en pleno siglo XXI, la decisión de acabar en plazo una obra civil primó sobre la de conservar parte de nuestro legado cultural. Dos siglos después de su desaparición, y a la vista de todos los sevillanos, parece que la cosa no ha cambiado mucho y se vuelven a repetir atropellos pasados sobre el mismo elemento patrimonial. Nuevamente las necesidades de expansión de la ciudad entierran una muralla que parece destinada desde su nacimiento a no ser objeto de protección por parte de la administración ni de añoranza por parte de sus vecinos.

Alberto Paredes Martínez

viernes, 14 de mayo de 2010

LA TORRE PELLI PONE EN PELIGRO A SEVILLA COMO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.

En esta breve reseña aparecida en el diario sevillano ABC en su versión digital se habla sobre la tan traída polémica suscitada en torno a la futura construcción de la ya famosa Torre Pelli, rascacielos que como todos sabemos no encaja demasiado bien con el concepto tradicional, con la idea de ciudad que se supone que los sevillanos quieren para Sevilla.

La noticia se pone en relación con el problema que supondría para la ciudad la posibilidad de que las instituciones relacionadas con el Patrimonio mundial, en este caso el Icomos, valoren de manera bastante negativa esta posibilidad de construcción en una ciudad como Sevilla, de cara incluso a una posible salida de la ciudad dentro de las distintas catalogaciones que a nivel internacional se tienen de ella en materia de Patrimonio y de cómo esto podría afectar de manera negativa a su vez, en el turismo que, no nos olvidemos, a día de hoy sigue siendo una de las principales, si no la principal, fuentes de recurso económicos de Sevilla.

Nos encontramos una vez mas con la eterna dialéctica que se ha producido de manera recurrente a lo largo de la historia, es decir que esto no es nada nuevo, entre lo antiguo y lo nuevo, fundamentado, la mayoría de las veces, en el impacto que este suele producir sobre aquel. En materia patrimonial esto suele tener una especial significación, ya que afecta a un grupo de individuos que normalmente suelen tener mucho en común, o mejor dicho a una ciudad en común, entendida esta como símbolo fundamental de lo que son como comunidad, es decir como símbolo de lo que son como sociedad.

Por lo tanto, no debemos caer en simplismos tales como creer que una ciudad se mantiene incólume como un museo, sin “sufrir” los avatares del paso del tiempo, ya que como organismos vivos que son también se van transformando, tanto para bien como para mal. Y es aquí donde radica el verdadero kic de la cuestión, para mi modesto entender. Lo principal, para mi, sería tener claro que modelo de ciudad queremos tener y, una vez resuelta esta cuestión, por otro lado nada fácil de responder, hacer que nuestros representantes políticos trabajen en ese modelo, con todas las consecuencias. El problema que tiene la ciudad de Sevilla en este sentido y, a diferencia de otras ciudades, es precisamente lo que tiene, esto es su enorme e incalculable Patrimonio cultural y monumental, atesorado a través de los siglos y fruto de las muy distintas culturas y pueblos que la han habitado. Y es esta huella precisamente la que de alguna manera se ve amenazada con los cambios que las distintas modernidades van proponiendo y, en ocasiones imponiendo.

No obstante, tampoco deberíamos pensar en una ciudad que no es capaz de librarse de determinados fetiches que a modo de supuestos valores tradicionales, lo único que consiguen es lastrar cualquier posibilidad de seguir creciendo, seguir transformándose y, en definitiva seguir siendo una ciudad viva tanto para los sevillanos, como para los que cada año nos visitan. Como tampoco deberíamos obsesionarnos con la altura de un edificio. Lo importante no es tanto cuan alto es o deja de ser un edificio, si este ha sido proyectado como parte de un conjunto, de un modelo urbanístico completo, dentro del cual juega su papel preponderante, pero que es capaz de articular un nuevo modelo de crecimiento de la ciudad. Todo lo no sea eso, es decir lo que simplemente sea un mero alarde de construcción faraónica que tan solo busque el impacto del espectáculo, estará abocado a generar un modelo equívoco de urbanismo y una construcción errática de lo que queremos para Sevilla.

JORGE VIDAL MARTÍN
EXTRACTO DE PRENSA DEL DIARIO ABC de Sevilla(fecha miércoles 12 de mayo de 2010).

DESCUBREN EN ALCALÁ DE GUADAÍRA NUEVOS SILLARES QUE PODRÍAN CORRESPONDER A VESTIGIOS ARQUEOLÓGICOS

ALCALÁ DE GUADAÍRA (SEVILLA), 8 Mayo (EUROPA PRESS)
Los conservacionistas reclaman a las administraciones que reaccionen ante los últimos descubrimientos propiciados por las escorrentías. El grupo conservacionista 'Alwadi-ira-Ecologistas en Acción' advirtió del hallazgo de nuevos "sillares" y restos arquitectónicos que podrían corresponder a vestigios arqueológicos en el entorno de Gandul, a unos 500 metros del emplazamiento en el que las escorrentías de los últimos temporales de fuertes precipitaciones dejaron al descubierto unas ruinas que los colectivos conservacionistas asocian a los activos patrimoniales que pueblan esta zona de Alcalá de Guadaíra (Sevilla).

Uno de los miembros del colectivo, Francisco Gavira, informó a Europa Press de que el descubrimiento se localiza, nuevamente, en el entorno arqueológico de Gandul, que alberga el milenario el dolmen de El Vaquero, el columbario romano reconstruido por el prestigioso arqueólogo Fernando Amores, los túmulos de la Retícula, Bencarrón, del Término y los 'tholos' o enterramientos circulares de la antigua cantera.

Las escorrentías provocadas por las fuertes precipitaciones de la última temporada, como se recordará, habían erosionado algunos lugares del firme dejando al descubierto unos "potentes restos de estructuras arquitectónicas" que podrían corresponder a antiguas edificaciones susceptibles de estudio. A tal efecto, Alwadi-ira' había comunicado al Ayuntamiento y a la Consejería de Cultura las coordenadas geográficas U.T.M. relativas de los dos lugares concretos donde podían distinguirse a simple vista estos vestigios.

A unos 500 metros del entorno de estos dos enclaves, según informó Gavira, ha sido descubierta una nueva oquedad en la que se atisban "sillares" o restos de una "muralla", elementos que nuevamente podrían ser asociados con algún yacimiento arqueológico. "Ha salido a la luz también con las lluvias", dijo el portavoz del colectivo conservacionista, quien advirtió del "potencial" de la finca de El Gandul en materia de Patrimonio histórico. En ese sentido, reclamó a las autoridades que desplacen a sus técnicos y expertos hasta los lugares señalados al objeto de que "se tomen las medidas oportunas para su protección, y al mismo tiempo, se estudien y cataloguen" estos vestigios.
Parece que se han vuelto a encontrar restos en la zona de gandul en Alcalá de Guadaira, según dice el texto se trata de unos sillares que parece podrían pertenecer a una especie de paramento. Esta zona, aunque de conocido valor patrimonial, no se ha estudiado completamente, y aún en estas fechas siguen apareciendo restos de antiguos pobladores en la zona, además se puede señalar el estado de Abandono que ha tenido todo este territorio en cuanto a protección por parte de las autoridades competentes al respecto, pues, hasta hace no mucho tiempo podían verse muy a menudo, como se acercaban hasta allí todo tipo de personas con afán de conseguir algo de valor, de forma totalmente impune, además es difícil si te acercas a contemplar alguno de los lugares que señala en la noticia(recogida de Europa pres.) encontrarlo apto para la visita, puesto que las condiciones no son las idóneas, ésta es zona de paso de ganadería, apartada de los núcleos urbanos que la rodean como son Alcalá de Guadaira o Mairena del Alcor, además, se puede comprender que resulte difícil concienciar de su mantenimiento a personas que no han dado nunca ningún tipo de valor a aquello y que llevan toda una vida pasando por encima de túmulos y restos de todo tipo, pero no se puede evitar pensar que debe haber algún modo para hacer posible conjugar la conservación y el respeto por el patrimonio y la vida cotidiana de los vecinos de la zona.

Orosia Gómez Ballesteros.

OLMOS DE ATAPUERCA


La idea de escribir este artículo sobre una pequeña aldea situada en Burgos, se debe a que desde hace varios años se están llevando a cabo, toda una serie de actividades para la recuperación de elementos etnográficos que forman parte de la historia de la comarca y que se encuentran en un estado de abandono. Los elementos etnográficos que se están intentando recuperar son :

  • “Fuente Cubillo” de origen medieval, donde se llevo a cabo la eliminación del tapiado, la recuperación de la piedra original, y la limpieza a fondo.

  • Mejora del “Lavadero” y su entorno donde se llevo a cabo la eliminación de la vegetación, la limpieza del fondo, y la recuperación de la valla de piedra original.

  • Recuperación de “La fragua”, y sus utensilios, llevándose a cabo, la mejora de las paredes, del suelo, y acceso, asimismo se reforzaron paredes, ventanas y puerta.

  • Recuperación del “Potro” y “El Matadero”, donde se llevó a cabo la limpieza del interior, la mejora de las puertas, de las paredes, y del entorno.

  • Así como la recuperación de otras 25 fuentes del pueblo.

Olmos de Atapuerca se trata de una pequeña localidad, situada en la provincia de Burgos, y que en la actualidad cuenta, con unos 50 habitantes. Con este trabajo, se pretende la recuperación de una serie de espacios que se encuentran abandonados y muy cercanos entre sí y que son de gran importancia para los lugareños, así como la recuperación del medio ambiente, y en definitiva de la historia de la aldea. Asimismo se pretende revalorizar el patrimonio natural, su conservación y la defensa de los valores medioambientales ( enseñar a futuras generaciones la importancia que tiene el preservar el agua).

Este municipio es un ejemplo señero de preocupación y trabajo no sólo por conservar y proteger su extraordinario legado patrimonial, histórico y cultural, sino por recuperar también su legado natural y paisajístico , todo ello, enmarcado en un proyecto medioambiental, cultural, educativo y social, en el que es fundamental la participación ciudadana. Todo ello ha hecho que a la localidad de Atapuerca se le otorguen toda una serie de premios por la labor llevada a cabo, y siendo el más reciente el que se le otorgo en 2009 “Premio Castilla y León de Protección del Medio Ambiente”.

Eva Mª Vargas Rey