La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura rechazó en 2005 que el flamenco obtuviera esta denominación.
El patrimonio cultural está formado no solo por manifestaciones tangibles como pueden ser monumentos y otra serie de objetos que hemos ido conservando a través del tiempo, este patrimonio también está compuesto por esas muchas otras manifestaciones recibidas de nuestros antepasados y que transmitiremos a nuestros descendientes.
Este tipo de patrimonio es un patrimonio vivo, también llamado patrimonio inmaterial y se caracteriza por conferir a sus depositarios un sentimiento de identidad.
Como podemos comprobar día a día, el flamenco ha traspasado fronteras y es una de las grandes expresiones musicales a nivel mundial.
El reconocimiento en todo el mundo de importantísimos artistas flamencos o el interés que este tipo de estilo despierta en grandes países como pueden ser Japón o Estados Unidos, debería dejarnos claro que el flamenco debe estar en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
El flamenco es una forma artística de gran expresividad y complejidad ya que cada artista lo representa de la manera que lo siente, añadiéndole de este modo su toque personal y haciéndolo como consecuencia más rico en contenido.
Podemos comprobar con este contenido ha traspasado fronteras. Se trata de un sentimiento unido al pueblo, y no solo al pueblo español, si no al mundo entero, ya que cualquier persona es capaz de captar el sentimiento transmitido a través de esta manifestación artística aunque no entienda ni una palabra de lo que se dice.
El Flamenco es eso que todos deberíamos de entender como Patrimonio Inmaterial.
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