Andalucía se ha convertido en la primera comunidad autónoma en aplicar un régimen de protección jurídica a los enclaves arqueológicos subacuáticos, 56 yacimientos concretamente han sido situados en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
El Consejo de Gobierno andaluz ha acordado proteger estos enclaves siguiendo así las recomendaciones de la Unesco. Los yacimientos, que abarcan todas las culturas desde la Protohistoria hasta la Edad Contemporánea, se distribuyen por todas las provincias andaluzas, incluidas las interiores, ya que la lista recoge tanto restos submarinos como sumergidos en embalses. La provincia que presenta un mayor número de yacimientos es Cádiz que abarca treinta y uno.
Entre los enclaves de mayor antigüedad figuran: el de Punta del Nao, con abundantes hallazgos púnicos y romanos y entre los más modernos, se incluye el pecio del Empire Warrior, buque británico hundido en Huelva en 1941 por tres aviones alemanes.
La protección de este patrimonio es el resultado de años de investigaciones, que se vieron impulsadas en 1997 a raíz de la creación del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía, con sede en la ciudad de Cádiz. Además el catálogo podrá verse aumentado conforme se vayan investigando nuevas zonas.
La declaración como zonas arqueológicas tiene como principal objetivo preservar del expolio todo el patrimonio subacuático de carácter histórico. Entre otras medidas de protección, establece la obligatoriedad de una autorización de la Consejería de Cultura para las obras e intervenciones de remoción de terrenos en las zonas delimitadas, como construcción de gasoductos y puertos, dragados, regeneración de playas y parques eólicos-marítimos.
A estos yacimientos ya declarados se añaden otros 42 espacios subacuáticos declarados por la Consejería de Cultura como Zonas de Servidumbre Arqueológica y definidos como aquellas áreas en las que se cree que existen restos.
Cocretamente en la provincia de Cádiz destaca el área de La Caleta, al noroeste de la capital, que en la antigüedad debió concentrar las actividades relacionadas con el comercio, la pesca, el tráfico marítimo general y los lugares de culto, así como la zona de la isla de Sancti Petri, nombrada por los autores clásicos como el lugar donde se ubicaba el mítico templo de Melqart.
En Huelva nos encontramos con siete yacimientos y tres torres de vigilancia (Torre del Río del Oro, Torre del Asperillo y Torre de la Higuera) que se incluyen en el régimen de protección al estar sus restos total o parcialmente cubiertos por las aguas marinas.
De las seis zonas arqueológicas delimitadas en la provincia de Málaga, sobresale el pecio de Los Santos, cercano a las costas de Benalmádena, que contiene elementos como columnas, losas de mármol, varias estatuas de corte clásico (representaciones de Dionisio, Artemisa, Cupido y otras divinidades), piezas de un ajedrez y varias cajas de azufre. Respecto a los cuatro yacimientos protegidos de Almería, el de mayor relevancia se encuentra en la ensenada del Embarcadero, donde se localizan los restos de una fragata de Armada de Felipe V, El Águila, que naufragó en 1745.
El listado se completa con tres enclaves de interior bajo las aguas de embalses. El primero de ellos, en la provincia de Córdoba, es el asentamiento de Las Mestas, cubierto por el pantano de Cordobilla desde 1959. De la provincia de Jaén se incluye el yacimiento de la Torre de Bujarcaiz, bajo las aguas del embalse del Tranco de Beas. Por último, en el término del municipio sevillano de Écija, se han localizado en el embalse de El Judío restos arqueológicos de época romana, posiblemente del siglo IV a. C. aunque con continuidad durante la época medieval.
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