Como dispone la Orden de 10 de diciembre de 2008:
Se inscriben como Bien de Catalogación General, de manera colectiva, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, seis Pabellones de la Exposición Universal de Sevilla, denominados como Pabellón de España, Pabellón de Andalucía, Pabellón de la Navegación, Pabellón de Finlandia, Pabellón de Hungría y Pabellón de Francia.
Deberíamos dejar de pensar en los pabellones como los cadáveres de la Expo92. Hace mucho que dejaron de ser cascarones vacíos: sede de la sociedad Isla Mágica, edificio expositivo y sede de RTVA, sede de la sociedad estatal Agesa, sede de FIDAS, actual Pabellón de la Energía Viva y se sede de la empresa Vittorio&Lucchino, sede del Grupo Ciencia y Estudio, S.L y Academia Universitaria C&E, respectivamente.
Todos estos pabellones han sido capaces de adaptarse a los nuevos tiempos incluso perpetuando su existencia y olvidando toda posibilidad de considerarlos efímeros (para lo que fueron diseñados), no todos se construyeron para conservarse pero después de su restauración ahí continúan, majestuosos.
Ya forman parte de nuestro paisaje urbano y no los tenemos demasiado en cuenta, quizás Sevilla no es una ciudad muy agradecida pero no podemos olvidar lo que significó la Expo92 para esta ciudad. Este conjunto arquitectónico representa un momento muy importante en la historia de Sevilla así como también nos recuerdan otros monumentos mucho más integrados en la urbe, la gran Exposición Iberoamericana del 29.
La Cartuja es una zona de la ciudad que aún está sin urbanizar, sin disfrutar por la ciudadanía y creo que igual que hoy día es impensable Sevilla sin la Plaza de España, debería de serlo sin el Pabellón de Andalucía.
Cada vez que paso por Torneo junto al puente de la Barqueta me horrorizan los letreros luminosos de RTVA que coronan el Pabellón de Andalucía, igual que me horroriza ver la estatua de Velázquez de la plaza del Duque, coronada por púas metálicas para ahuyentar a las palomas.
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