Quizás muchos recuerden la polémica acontecida a raíz de los hallazgos producidos por la remodelación de la Plaza de España, más conocida con el nombre de “El Salón”, en el año 2001 con el fin de construir aparcamientos subterráneos. Estas obras sacaron a la luz restos que se remontaban a época romana, de importancia muy discutida entre los arqueólogos. Entre estos hallazgos destaca la aparición de una mackbara o necrópolis musulmana con restos de más de 4000 personas y vestigios de unas termas romanas.
Estos descubrimientos no debían suponer una gran sorpresa, pues estamos hablando de unas obras que requerían la actuación en el subsuelo en una zona de la ciudad que ya fue declarada Conjunto Histórico en 1966. Es, por tanto, muy predecible que aparezcan este tipo de restos en un casco histórico cuando se realizan obras de estas características, sobre todo si hablamos de uno perteneciente a una ciudad con tanta tradición histórica como es Écija.
La polémica a la que se ha hecho referencia radicaba en una de las cuestiones más discutidas del patrimonio histórico: ¿qué hacer con los restos y el lugar donde se encontraron? En este caso la solución fue trasladar los restos más importantes al Museo Histórico Municipal de la ciudad y conservar in situ algunos, como la natatio romana, para el disfrute de los interesados en Historia. Pero, ¿es suficiente una solución como ésta?
Para muchos el trato que se da a este tipo de patrimonio se les antoja una frivolidad, pues prevalece el interés económico (por parte, en este caso, de los comerciantes de la zona) y político (pues ¿quién es capaz de hacer fuerza contra centenares de personas que se oponen a que continúen las excavaciones en detrimento de sus negocios?) frente al histórico.
Pues bien, el debate que parecía cerrado ha vuelto a abrirse a raíz del hallazgo de nuevos restos de época romana en un solar, propiedad del Ayuntamiento, en la Calle del Aguabajo, a sólo unos metros de “El Salón”. La iconografía de estos restos hace pensar en el posible emplazamiento de un templo de culto isíaco, lo cual supondría de gran interés e importancia, pues según las primeras dataciones podrían remontarse al siglo V d.n.e., abriéndose un nuevo e importante interrogante ¿siguieron dándose cultos paganos tras la instauración del cristianismo por el emperador Teodosio?
Y he aquí la cuestión primordial: ¿está justificada o no una intervención? Seguir con esta investigación supondría nuevas excavaciones arqueológicas en solares próximos a locales de comercio y próximos a viviendas durante un lapso de tiempo de varios años. ¿Debe, por tanto, prevalecer el interés histórico y patrimonial sobre los intereses de los propios ciudadanos afectados de forma directa?
De esta forma quedan planteadas un gran número de cuestiones ante las que las opiniones son diversas, y ante las que yo me planteo otra ¿cuál es vuestro punto de vista?
Patricia J.Lucena
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