miércoles, 12 de mayo de 2010

VERTEDEROS INCONTROLADOS EN LUGARES DE INTERÉS.


Escribo este artículo a modo de denuncia, de una situación, que en mi humilde opinión es gravísima, pero que por ser mucho más común de lo deseable, hace que el ciudadano de a pie no preste la atención necesaria, y no lo tome como una ofensa personal, aunque perfectamente podría, ya que el patrimonio, a mi entender, debe ser algo más que el mantenimiento y rehabilitación de determinados edificios siempre que haya partidas económicas destinadas al efecto.

Todos hemos visto como en muchos ayuntamientos, sobre todo de localidades pequeñas y medianas, se tolera no solo la creación y el mantenimiento de vertederos incontrolados (se estiman 4000 en España) en lugares donde por su difícil acceso no son ejemplos tan flagrantes del atraso de las localidades donde están ubicadas, si no que, hay veces, en las cuales podemos observar como se permite el cúmulo de basuras domésticas, escombros, restos vegetales, pilas o cualquier otro desecho habitual, cerca de edificios y parajes, que si no deben estar catalogados, al menos deberían estar protegidos y valorados por los vecinos.

Es relevante no solo el riesgo para la salud pública que conlleva, sino el foco de contaminación de acuíferos y aire, peligros de incendios, y por supuesto, degradación del paisaje (también es patrimonio señores) que suponen.

La foto que acompaña este artículo, la he sacado en las ruinas del edificio conocido en Carmona como el convento, una zona de frecuentes barbacoas dominicales y demás actividades lúdicas, donde la misma gente que se saca fotos para su boda, arroja basura o cambia el aceite al coche.

Gracias a las nuevas legislaciones y a una continua labor de concienciación sobre la necesidad de un desarrollo sostenible y compatible con el respeto medioambiental, muchos vertederos incontrolados empiezan a ser objeto de control y persecución. Es por esto que el Consejo de Ministros en el año 2000 aprobó un Plan Nacional de Residuos Urbanos.

Mi objetivo escribiendo sobre este tema, no ha sido otro que recordar, a todos aquellos que lo lean, que tenemos un compromiso con la naturaleza, y con los espacios de Interés para su conservación, que empieza con gestos tan simples como no tirar una colilla desde el coche.

Guillermo de la Lastra Guardado.
Arquitecto Técnico.

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